A veces, como seres humanos escondemos lo que nos duele, lo que nos ha hecho daño porque entendemos que es una forma de no darle importancia y seguir adelante. «Hay que ser fuerte, seguir adelante, mirar al futuro…bla bla» NO! (Típico argumento superficial y vacío.
De un tiempo a esta parte, he entendido más que todo lo que nos rompe por dentro viene a enseñarnos cosas. Y son de lo más valiosas.
La verdadera experiencia de vida nace de lo que nos destroza por dentro, porque es lo que nos obliga a reconstruirnos en la más absoluta intimidad de nuestros miedos y pensamientos.
Hay que agradecer a esas personas que nos hicieron pedazos el alma porque de ahí se sale más fuerte, quizá, no lo sé, pero lo que si sé, es que sales más sabia.
No guardo rencor, ni tengo malas palabras, simplemente aprendo de mis grietas y no las cierro en falso. Las cierro consciente y tranquila.
Con la tranquilidad de haber sido buena amiga, compañera y profesional.
Al final, la vida va de esto. De aprendizajes que nos enriquecen como personas. De momentos vividos, sufridos y disfrutados. De gente que aporta a tu vida y quieres tener cerca.
Aprender continuo de lo que te hace mil pedazos y rellenar tus grietas de «oro»…
Y termino como empecé el post.
El 2024 empezó fracturándome en dos, laboralmente y personalmente hablando… pero mis grietas ahora me gustan, me han hecho mejor profesional y mejor persona. Han venido a enseñarme, han venido a hacerme «más».
